La historia del Balneario comienza como poco, en tiempos de los romanos.
De estos se encontraron restos de monedas y alfarería en las excavaciones del manantial de Augusto y Tiberio en 1951, evidencia la presencia romana en este enclave y el uso consciente de las aguas termales. Más adelante parece que se cita en algún texto del siglo XVII, pero su esplendor social y económico tuvo lugar entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Por el Balneario han pasado personajes de la talla de Alfonso XIII, Rosales, Ortega y Gasset, y Cánovas del Castillo entre otros. Se guarda un especial recuerdo de la estancia de Santiago Ramón y Cajal, quien pasó en el Balneario un tiempo de curas mientras practicaba su gran afición, la fotografía. Otros, como Niceto Alcalá Zamora, Perico Chicote, Zarra, Irondo, Panizo…
Tal vez sea Perico Chicote a quien más se recuerda en Panticosa, por su don de gentes y su generosidad, magnánimo han llegado a decir de él. Experto en guardar secretos, escuchar confesiones y no soltar ni prenda.
La historia escrita del Balneario empieza en los primeros años del siglo XVII. En 1826, Fernando VII concede a Don Nicolás Guallart hasta 1854, cuando toman el relevo en las gestiones sus sucesores, su explotación.
En el año 1899, se crea la sociedad Aguas de Panticosa, con quien se vive el auge del termalismo en España, y Panticosa constituye un referente nacional en el termalismo. Declarado de interés Turístico nacional en 1966.
La música en sus diversas manifestaciones ha estado representada en el Balneario durante años, bien con los bailes y verbenas que se celebraban en torno a los años 50 y 60, como a través de los diversos cursos de formación musical que comienzan en la década de los 80.
Una nueva relación entre el hombre y su entorno se está configurando en el Balneario de Panticosa. Un nuevo concepto para el Ocio, la salud y el descanso, que se convertirá en un punto de referencia para el futuro del turismo.
Panticosa Resort, es un enclave unido a la Historia del Pirineo de Huesca, al que ha dado épocas de máximo esplendor y reconocimiento internacional. Los avatares de este recinto han pasado por diversas fases, que harán comprender mejor su estado actual.
En 1286 el rey Pedro de Aragón hace la concesión real, al llamado Quiñón de Panticosa, del monte Plan de Ibón, donde se ubicaría posteriormente el Balneario.
Con la irrupción de los pueblos bárbaros, se abre un período de decadencia del termalismo en todos los países y el rastro de este enclave se pierde hasta principios del siglo XVII.
Es en 1694 cuando se construye el primer edificio en este paraje.
En 1826, Fernando VII expropia al Quiñón y concede a Don Nicolás Guallart la explotación del Balneario que mantiene en solitario hasta 1854.
Es en el siglo XIX cuando el Balneario se configura como el lugar que hasta hoy hemos conocido. Se ajardina y foresta el recinto, se construyen sus emblemáticos edificios y sus fuentes. Esta época se culmina con la constitución de la empresa Aguas de Panticosa, S.A., propietaria del conjunto y de la que forma parte una nutrida representación de la burguesía aragonesa de la época.
En la primera mitad del siglo XX, el Balneario es el centro termal por excelencia para amplios sectores de la burguesía española.
En 1966 es declarado de Interés Turístico Nacional.
El 1 de Enero del año 2000, con la asunción por parte del Grupo Nozar de la empresa Aguas de Panticosa, S.A. se inicia una nueva etapa, que parte de la restauración arquitectónica del recinto para su posterior utilización turística. Por este trabajo, la empresa recibe el Premio al Mérito Turístico 2003 que concede el Gobierno de Aragón.
Video del Balneario
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