La cultura de las navatas (nabatas en aragonés) fue declarada recientemente como Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Aragón. Este reconocimiento protege la tradición del descenso de estas embarcaciones y se une a los otros dos bienes de interés cultural inmaterial ya existentes en la Comunidad Autónoma aragonesa como lo son la Contradanza de Cetina (Zaragoza) y la Trashumancia.
En Aragón existen tres asociaciones que trabajan con el fin de mantener viva esta tradición: Nabateros del Sobrarbe, Nabateros de la Galliguera y Nabateros de la Val d´Echo, quienes han aunado sus fuerzas para recuperar este antiguo oficio que ha llegado hasta nuestros tiempos como una huella de nuestro patrimonio etnológico. El transporte de troncos en las navatas era una práctica habitual en el Pirineo aragonés hasta las primeras décadas del siglo XX. Aprovechando el deshielo, los navateros descendían por los ríos desde las montañas en sus embarcaciones de madera hasta el llano para comerciar con este material. Desde el Alto Aragón bajaban por el Aragón, el Gállego o el Cinca en busca del Ebro, río que también recorrían hasta su desembocadura en el Mediterráneo. Los comerciantes vendían su madera principalmente para la construcción de viviendas.
En la actualidad, y gracias a que en el Sobrarbe se empezó a recuperar esta tradición en la década de los 80, se celebran tres descensos al año en Aragón, uno por cada una de las asociaciones existentes.
Además de la belleza del descenso, la recuperación de este oficio tradicional permite ir un paso más allá. El visitante puede saciar su curiosidad descubriendo la manera en que se construían estas embarcaciones, ya que las citas de descenso suelen venir acompañadas de demostraciones.
La construcción de navatas acaba de comenzar, según la tradición hay que ir a cortar los verdugos para las sargas en la primera mengua de febrero. La sarga es una planta que crece en las orillas de los ríos y que trabajada sirve como soga para unir los troncos de las navatas. El resto de la actividad se realiza días antes y la misma jornada del descenso cuando se prepara la embarcación.
El reto para los navateros aragoneses, en conjunto con representantes de Navarra, Cataluña y Castilla La Mancha, es conseguir que el transporte fluvial de madera sea considerado como Patrimonio Mundial de la Unesco.
Para entender mejor y de manera visual la cultura de la navatas os recomendamos este vídeo que es un fragmento de un documental de Eugenio Monesma.